CAZ: Los cinco días - Día 4

sábado, 7 de mayo de 2011

Los cinco días - Día 4

Ignoro si llegue a despertar ese día… Quizás ni dormí. “Poco a poco te liberas de las ataduras”. La voz me incitaba a seguir lo que yo quería. Aquella mujer me ofreció el teléfono, alguien clamaba por mí. Murmullos indescifrables y una invitación a un parque de diversiones. Miré mi monedero… no tenia ni mi cédula de identidad. Más murmullos extraños, y al final, sólo un “no te entiendo”. La voz de ella me hizo daño. Me hirió… “Yo tampoco te entiendo”. Lo dije agónico, esperando a que comprendiera. Comprendí yo, que estaría llorando, debido al violento… ¿Violento qué? Había cortado la llamada, sin embargo… ¿Por qué me dolía tanto? “El dolor es falso”… la voz…

Caminaba en el parque de diversiones. Una tropa entera me acompañaba. Entre ellos, mi amigo… ¿mío? Me miraba enfadado. Bastó eso para dejarme en claro nuestro fin. Atrás de todos, ella seguía al grupo, mirándome sutilmente. La voz me hacía sentir agradable… tan vivo… “No tengas miedo” ¿Dónde estaba en ese entonces? ¿Ya volvíamos del parque? “No importa, déjate llevar”.

La voz de ella y la de cientos otros se acomodaron despacio en mis oídos. Quizás estaba parado al borde de un puente, ¡Qué bien se sentía! Lejos de la preocupación de ella, tan cercana a mí. ¿Qué decía? Gritaba un nombre… mi nombre. ¿Tengo un nombre? Sus lágrimas cayeron antes que yo. La cara de horror de aquellos… Tenía miedo… Quería que ella fuera mía… No quería irme aun… tenia sed… mi garganta se secaba mientras gritaba. “Agua”. La voz me reconfortó… tragué cuanto pude. Los líquidos se sentían largos, ya no escuchaba ruidos, no la escuchaba a ella… Quería escucharla… no a la voz, sino a ella… “¿A qué le temes?” Los ojos se me cerraban por el peso del agua. El frío me desvanecía. Lo escuchaba… me importaba mi vida. Quizás me ahogue esa noche… solo quería amarla…

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