“Déjala, sígueme, y encontraras lo que buscas, que para eso tienes cualidad”. Eso fue lo que oí a lo lejos.
El tiempo volvía a ser real mientras yo me levantaba, dejándola a ella estupefacta, mordiéndose el orgullo. No recuerdo sus palabras de disculpas, pues no había un por qué. La dejé atrás, inquieto por aquella revelación.
A dos cuadras de mi morada, cavilando asustado llegué. Mis padres me recibieron, como celebrándome una novia. Los ignore. No era que no los quisiera, pero los evitaba. Mi cuarto… ¿Mío? No. No importaba donde durmiera. Siempre que estuviera cómodo, dormir parecía agradable.
Mi amigo llegó tarde. Ni el mejor, ni el peor. Solo amigo. Habló de mujeres, su tema favorito, típico de nuestra edad. Escuchaba su plática monológica, mientras la voz aparecía. Esta seguía rompiéndome los nervios y acaudalando mis sentidos.
No recuerdo que sucedió. ¿Ya se había ido a su hogar? Me eché en el lecho en el que solía dormir. El día de mañana me esperaba una dura jornada de… ¿escuchar la voz? Después de todo… tan asustado no estaba.
WAAAAAUU! esperando el día 2 xD
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