CAZ: mayo 2011

sábado, 28 de mayo de 2011

Designo

Aquí estás, dando fe de los momentos de ayer.
Alma y gen dentro de mí.
Rama eterna de virtud.
Las palabras ya no bastan,
Para solo dar las gracias por la vida junto a ti.

Aquí estás, vida siempre en tu memoria sin voz
Somos parte de un designo.
Somos piedra del camino.
Sin embargo ya elegimos,
Compartir lo más sencillo, la alegría del sentir.

Aquí estás, mujer que entrega sus manos por mí.
Soy sonrisa sin resigno.
Soy tus ojos de lamento.
Soy las olas de los mares que te bañan sin azares,
Siendo el tiempo una razón…

Para quererte sin hablar.
Para que el cielo no te juzgue sin pensar.
Para que cuando al fin veas la vida que elegí
Te sientas orgullosa y que descanses ya de mí.

Para que entiendas sin oír,
Que las caricias no se van del todo hasta morir.
Que cada vez que pienso que tú no estás aquí,
Siento que tú mereces otra chance de vivir.

Dedicado a mi querida madre :) Feliz día

domingo, 22 de mayo de 2011

Tears to my own

They said to love is the best way to be
So I spend my will to know what means
Her smile made me fade in love, guess I don´t know.
My silent soul was confused into
A game of lies and sweetness, cause I was…

The biggest lover that can not survive.
And she must know
That when I had her in my eyes
My heart was torn.
By these reasons I am leaving tonight.
But it’s raining (not in her) only over me.
Tears to my own

Goodbye, I knew this chapter anyways.
Cause I felt an early sadness between her and me
They said, to love is the worst way to lose
Will be my pride or my useless faces?
The question harms the memories from those I trust.

That´s why I have to understand my life
And show myself
That I can take my pain and hers
And go ahead
She remembers what I told her this night.
That I never (will forget) will forget this love.
Tears to my own.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Crónica de un perro

No recuerdo cuando nací. Soy como todos.
Soy un perro. Un sincero perro que se ha encaminado por la más esplendida libertad.
Las pulgas son horribles. Las noches son frías. Podría decirse que no tengo nada.
Pero no es cierto. Al menos tengo miedo.
Eso me recuerda aquella vez, cuando me arrolló una pesada camioneta.
¡Qué gran carrocería!
Sobreviví por supuesto. Solo quede algo magullado de un ojo.
Era gracioso ver a los humanos hacer muecas de asco al ver mi globo ocular ensangrentado.
No. No soy un masoquista. Pero me hace gracia que no logren comprender mi vida.
Ese mismo día, me enfrenté al chico de las poesías. El minino, como le llaman.
El mimado poodle que vive en la casa más alejada de la calle, en el cité.
No hay nadie que sepa identificar olores tan finamente como el.
Tanto así, que eleva una patita trasera cada vez que lo hace.
Me importaba un carajo que no quisiera que orinara en su sitio.
Que ladre todo lo que quiera. Cualquier perro de casa podría comérselo.
Estuve mas de quince minutos disfrutando su cólera homosexual.
Sentí hambre. No es común que los perros como yo sientan hambre.
Al menos yo, estoy acostumbrado a ella: es mi fiel compañera.
Fui por un cubo de basura. Los demás canes del vecindario no tardaron en sumarse.
Los viejos conocidos comenzaron una guerra pacífica
contra las bolsas llenas de descomposición.
Y entonces un aroma desfiguró el estático rostro de todos:
Una perra en celo. ¡Qué oportuno! ¡Con lo ansioso que estaban de reproducirse!
A nadie le importó que fuese de raza. Todos como guardaespaldas.
Todos subiéndose y fallando. Alguno que otro humano se nos quedaba mirando,
Admirando la maravilla de la naturaleza.
Otros desviaban la mirada, vomitando la obscenidad completamente ajena a nosotros.
Yo gané. Teníamos tamaños parecidos y fui más rápido.
Es que para cosas de perras, debes ser firme en lo que quieres.

jueves, 12 de mayo de 2011

Destructiva

¡Muere! ¡Muere! ¡Muere!
Y mis lágrimas ahogan rápidamente tu garganta,
Y con cada beso que te robo,
Golpeo una vez más el suelo con el puño,
Con la mirada derivada a mis pies desanimados.
Son ellos, los que sostienen mi histérico pesar.
Y el diablo se queja, que por mis temblores iracundos
Se destruye su palaciega chimenea. Todo por tu culpa.
Me acurruco en un rinconcito, mirando todo excepto a ti.
No sabes que decir, ya que desgarré tu pasión y morbo.
Sabía que jugarías con tus dedos…
Es señal de tu nerviosismo descarado.
Ganas de llorar a párpado abierto, de ponerte mi rabia en la cara,
Y aun así te acercas de a poco,
Temiendo al sudor frío que mí desengaño provoca,
Como estando preparada para un estallido final.
¿Por qué demonios eres tan mundana?
Gustas de jugar con un caos que ni controlas.
Esa exquisita y jodidamente extravagante sensación de lujo y placer,
Consecuencias de las turbias segundas intenciones.
¿¡Acaso no basté!? ¡Maldición! Mis dientes sangran.
Mis puños, morados. Mis piernas, abatidas.
Nuevamente, eres igual entre millones, mujer.
Decepción de las curvas, censura de mi realidad oscura…
¡Oh! ¡Que derrotados nombres para el obseso dolor que siento!
Comienzas a llorar… ¡Que hipócrita!
Como si tus errores pudieran eliminarse por los ojos…
¡Que estupidez! Y la excusa… ¡la inmadurez!
Una risa nerviosa de odio y tristeza nace de mí.
Esa será tu excusa con muchos otros,
Porque no serán las últimas lagrimas de cocodrilo,
Porque no serás tú la única que las derrame,
Porque esas lagrimas se acompasan de las mías.

martes, 10 de mayo de 2011

Los cinco días - Día 1

Y ahí quizás estaba yo, en el parque de siempre. Sentado al lado de ella, quien me seguía tímidamente. Un vuelo alocado de mi mente y ya sabía lo que ella deseaba. Desde el principio me engañó, haciéndose pasar por una amiga. Realmente una molestia, pero aun así le tenía un escaso cariño. Llegado el momento, me ofreció sus labios indirectamente. Aún recuerdo el preciso instante,  cuando el latido de su pequeño corazón exaltado resonó en mis oídos. Y entre la vibración, una voz me llamó desde la nada. Un frío espeluznante recorrió toda mi columna. El mundo, paralizado de miedo, se escondió tras de mí. Ella iba a declararse, yo lo sabía, pero… ¡Qué importaba! Nunca fui muy apegado a los principios ni a los dogmas.

Déjala, sígueme, y encontraras lo que buscas, que para eso tienes cualidad”. Eso fue lo que oí a lo lejos.

El tiempo volvía a ser real mientras yo me levantaba, dejándola a ella estupefacta, mordiéndose el orgullo. No recuerdo sus palabras de disculpas, pues no había un por qué. La dejé atrás, inquieto por aquella revelación.

A dos cuadras de mi morada, cavilando asustado llegué. Mis padres me recibieron, como celebrándome una novia. Los ignore. No era que no los quisiera, pero los evitaba. Mi cuarto… ¿Mío? No. No importaba donde durmiera. Siempre que estuviera cómodo, dormir parecía agradable.

Mi amigo llegó tarde. Ni el mejor, ni el peor. Solo amigo. Habló de mujeres, su tema favorito, típico de nuestra edad. Escuchaba su plática monológica, mientras la voz aparecía. Esta seguía rompiéndome los nervios y acaudalando mis sentidos.

No recuerdo que sucedió. ¿Ya se había ido a su hogar? Me eché en el lecho en el que solía dormir. El día de mañana me esperaba una dura jornada de… ¿escuchar la voz? Después de todo… tan asustado no estaba.

lunes, 9 de mayo de 2011

Los cinco días - Día 2

Quizás desperté, no recuerdo a que hora, pues el tiempo no es mío. Con los ojos entrecerrados observé a duras penas mi habitación. La enajenante voz susurro “tuyo”. Sonreí aliviado. Seguía allí. Quería que no desapareciera por unos días. Escuchaba cada palabra con atención. “Puedes serlo”…

Ella me despertó. La sala de clases estaba abarrotada de chicos, Deseosos de libertad y acción… seguían el protocolo. Ella estaba cerca, sentada en la silla de la derecha. Lanzó un papel arrugado, el culpable de que la voz se esfumara. Con pereza extendí el papel… “Quédate… algo”. La mire perplejo… no entendía ni su lenguaje ni su rubor. Al rato mi amigo se acercó, charlando de ella… de que estaba loca… ¿Loca de qué? Cada vez entendía menos. Pero más entendía a la voz, la que ahora no escuchaba…

La campana altanera abrió las prisiones de los alumnos. La sala se vaciaba rápidamente. Los compañeros iban de fiesta. No me invitaron. No es que me importe. Ellos no importan. Ella se acercó ruborizada. Recordé la escena del día anterior. Mientras el sonido de la campana corroía de goce mis tímpanos, miró hacia abajo. Solo le escuché “Tu novia”. A su vez la voz aportó “¿Tuya? ¿Es amor lo que sientes?”. La observé un buen rato. Ella temía encontrarse con mis ojos. Le ofrecí un beso frío y ella lo aceptó sin creerme, buscando con sus manos lo que yo escondía: quizás a la voz. “Tuya” resonaba sin parar, como un dolor de cabeza.

La dejé llorando, insatisfecha y presa del despecho en la puerta de su casa… su casa… ella tiene una casa. Oscurecía… llegué a la casa que solía ser mía. La mujer que se encontraba ahí me observó interrogante. “¿…tan ausente?” ¿Cómo la voz que no me hablaba hacía un rato? Un simple “estoy bien” hizo el trabajo usual. Mañana es sábado… tengo el día libre… lo tengo… ¿Es mío?

domingo, 8 de mayo de 2011

Los cinco días - Día 3

Su voz me despertó. ¿Qué hacia ella en ese lugar? “He venido a verte”. Su voz parecía tan clara, tanto como la voz. Pidió disculpas, diciendo que era una tonta y que esto no tenía sentido. Me pregunté por qué ella era tan tonta. En el fondo yo si sentía algo por ella después de todo. Una lágrima recorrió mi cara pacífica, y la abracé. No podía decirle lo que sentía, ni por ella, ni por la voz. ¿Qué demonios sucedía? No tenía mi propia voz. Solo desesperación salía por mis caricias en su cabellera. Quería que fuera solo mía y no podía decírselo. Mi corazón se estaba deteniendo, no había expresión. Ella partió a su morada, a sus quehaceres, mientras yo me carcomía las uñas para reemplazar sus besos ausentes. ¿Qué había de malo en desear que fuera mía? “Mía”. La voz restauró mi paz al instante. La voz decía la verdad. Deseoso de entender más, quise ser un poco libre.

Mi amigo apareció ante mí de la nada. Hablando de lo idiota… ¿Quién es idiota? “poco hombre”… ¿Estaría hablando de él mismo? ¡Qué dolor de cabeza!

Fui libre. Lo despache enseguida sin dudar… ¿Habré hecho lo correcto? Tengo miedo de mí mismo. “Lo correcto” resonó, hasta que la mujer, esa que me dio a luz, apareció en el umbral de la puerta. Detrás de ella, su marido… la mujer tenía un marido. Se sentó junto a mí y comenzó su monólogo. No logre escucharle nada… por lo que la solución fue un “lo siento”. Salió así satisfecha, mas el hombre tomaba el turno. Gesticulaba y reía, como si de amigo se tratara. De él solo escuche “ser como tu mano derecha”
Le sonreí sin saber que debía envidiarle yo a mi mano derecha… “Nada” acertó la voz, pues ella si tenía respuestas. No como mi mano derecha, incapaz de hacer sonar una simple caricia. Y así, escuché toda la noche a la voz que iluminaba mi camino.

sábado, 7 de mayo de 2011

Los cinco días - Día 4

Ignoro si llegue a despertar ese día… Quizás ni dormí. “Poco a poco te liberas de las ataduras”. La voz me incitaba a seguir lo que yo quería. Aquella mujer me ofreció el teléfono, alguien clamaba por mí. Murmullos indescifrables y una invitación a un parque de diversiones. Miré mi monedero… no tenia ni mi cédula de identidad. Más murmullos extraños, y al final, sólo un “no te entiendo”. La voz de ella me hizo daño. Me hirió… “Yo tampoco te entiendo”. Lo dije agónico, esperando a que comprendiera. Comprendí yo, que estaría llorando, debido al violento… ¿Violento qué? Había cortado la llamada, sin embargo… ¿Por qué me dolía tanto? “El dolor es falso”… la voz…

Caminaba en el parque de diversiones. Una tropa entera me acompañaba. Entre ellos, mi amigo… ¿mío? Me miraba enfadado. Bastó eso para dejarme en claro nuestro fin. Atrás de todos, ella seguía al grupo, mirándome sutilmente. La voz me hacía sentir agradable… tan vivo… “No tengas miedo” ¿Dónde estaba en ese entonces? ¿Ya volvíamos del parque? “No importa, déjate llevar”.

La voz de ella y la de cientos otros se acomodaron despacio en mis oídos. Quizás estaba parado al borde de un puente, ¡Qué bien se sentía! Lejos de la preocupación de ella, tan cercana a mí. ¿Qué decía? Gritaba un nombre… mi nombre. ¿Tengo un nombre? Sus lágrimas cayeron antes que yo. La cara de horror de aquellos… Tenía miedo… Quería que ella fuera mía… No quería irme aun… tenia sed… mi garganta se secaba mientras gritaba. “Agua”. La voz me reconfortó… tragué cuanto pude. Los líquidos se sentían largos, ya no escuchaba ruidos, no la escuchaba a ella… Quería escucharla… no a la voz, sino a ella… “¿A qué le temes?” Los ojos se me cerraban por el peso del agua. El frío me desvanecía. Lo escuchaba… me importaba mi vida. Quizás me ahogue esa noche… solo quería amarla…

viernes, 6 de mayo de 2011

Los cinco días - Día Final

¿Cuánto tiempo estuve dormido? No recordaba tanto. Solo sé que ella estaba a mi lado, sentada, apoyada su cabeza sobre mi pecho. Las blancas paredes me recordaron la lívida imagen. Es verdad… no estaba muerto. Tenía miedo. ¿Tal vez estaba en el hospital?

Ellos entraron… mis padres. Charlaron conmigo, o más bien yo charlé seriamente con la voz, mientras ellos se dedicaron a declararme depresivo y suicida. ¿Qué quería la voz conmigo? ¿Acaso también quería ser mía? Ella despertó, con tanto murmullo no me sorprendió. Me abrazó feliz y echó a llorar. Las palabras eran innecesarias. Comprendía su lenguaje. Mis padres sólo supieron salir de ahí. Le dije a la voz que esta podía esperar toda esa tarde si quería. Que me dejara escucharle a ella, todo lo que en años había callado. Ella me habló toda esa tarde, y yo la escuché como si de droga se tratase.
Finalmente, lo pude oír… ella me amaba… no había duda, aunque la voz dijera que sólo era una ilusión, no importaba. Para terminar se durmió en mi regazo y así la protegí. Dormí hablando con la voz… por fin obtendría respuestas…

Al fin comprendí. Estaba listo para volar. En la azotea… ahí comenzaría mi nuevo viaje… Encontré lo que buscaba… el camino a la libertad… Cuando estuve listo para partir, mire hacia atrás. Ella lloraba. Corrió hacia mí. Escuché sus mil “te amo”. La besé de verdad, o eso creía… “yo también te amo”. Tras una desgarradora separación, que me costó siglos… “Te estaré esperando… Sé libre, para poder seguir amándote”. Una lágrima concentrada de amor partió nuestros suelos, como si siempre hubiera querido salir de mi ojo. La voz ya no necesitaba hablarme… ya había hecho su trabajo. Me di vuelta y camine hacia el balcón… Ella solo sabía llorar molestamente, pero ya la entendía, la amaba… Me lancé, no se a donde, ni cuando. Me volví el viento. Me volví la voz. Esperare aquí… a ella… Porque aquí puedo amarla con todo mi ser.

domingo, 1 de mayo de 2011

More than a broken heart

Walking on a piece of paper, in the middle of the nowhere.
Dying without reasons to tell you.
So surprised by hollow feelings, so alone inside my endless page.
My soul is gone. Today is everyday.

Can you even cry?
I would give a try.

Reading lovely lies around me. Don´t know what you´re waiting from your hand.
It´s seems you seek my world in pieces.
Every morning that you draw me, every night you rush in rage by me.
Consumed by flames or tears i´ll disappear.

But I will comeback!
Cause you´re the only one…

Oh you! Nobody else than you!
More than a broken heart,
Is the feeling you draw in your mad creation.
Don´t worry, don´t worry.
I´ll raise your feeble mind.

Oh you! Nobody else like you!
I´ll step right here, only to show you how,
We´re dying in a sick love.
Don´t worry, don´t worry.
I´m the one who wants to die.

Oh you! (x2)
Don´t worry (x8)

Apertura del Blog :)

Buenas, a quien lea esto.

Como ya se imaginarán, Nuevo Blog, nuevo enfoque, nuevos y antiguos escritos.
Para aquellos que no me conozcan, me llaman CAZ. Estudio Ingeniería Civil en Informática y también soy un artista independiente :) escribo todo tipo de cosas, como poesía, música, y obras literarias.

El enfoque de este blog es de solo subir lo que se me de la gana, así que me disculpo de antemano si uso algún termino ofensivo en medio de mis metáforas.

Gracias :)

Proximamente subire algún escrito :D saludos